El Black Friday: Ese Día que Dura Más que las Obras de tu Calle

Ah, el Black Friday, esa maravillosa tradición, esa fecha que hemos adoptado con más entusiasmo que un británico en Magaluf. Aunque llamarlo "Friday" ya es un chiste, porque aquí lo hemos convertido en una estación del año. Empieza más o menos cuando suena el primer anuncio de lotería de Navidad y termina... bueno, no termina, porque enlazamos con el "Cyber Monday" y seguimos hasta que nos cuelan las rebajas de enero. Si los americanos tienen un viernes negro, nosotros hemos hecho un "noviembre oscuro", y no porque anochezca antes.

¿Alguien sabe ya cuándo es el Black Friday? Porque yo no. Entre los anuncios que llevan gritando "¡DESCUENTOS ÚNICOS!" desde Halloween y las tiendas que empiezan con sus "ofertas pre-Black Friday", me siento como en un escape room donde el premio es encontrar el día real. Y cuando por fin llega el viernes auténtico, estás tan saturado que ni te importa. Eso sí, siempre hay una tele de oferta que baja 5 euros y provoca peleas dignas de los Juegos del Hambre en el centro comercial. Porque, seamos sinceros, aquí la rebaja consiste en inflar el precio un mes antes y luego "bajarlo" para dejártelo igual que estaba. Pero oye, la pegatina negra y amarilla tiene su encanto.

No contentos con llenar el calendario con nuestras propias festividades, hemos decidido adoptar las fiestas anglosajonas con más entusiasmo que el de un niño abriendo regalos el 6 de enero. Halloween, Black Friday, Acción de Gracias… ¿Qué será lo próximo? ¿Celebrar el 4 de julio con banderas de estrellas y rayas en Torremolinos? ¡Ojo que a mí me gusta una fiesta más que a un influencer una foto del brunch! Pero, igual, ya estamos bordeando el “todo por un motivo para brindar”.

En cuanto a Acción de Gracias... bueno, anoche intenté darle una vuelta y bajé a compartir mi pavo del Kentucky con mis vecinos peruanos. Entre risas me dijeron que la única gracia que quieren dar es a los aguinaldos, no al puré de patata. Claro, porque aquí en España, el único pavo conocido es el que te da cuando tienes 15 años.

Mientras tanto, por la trastienda, los currantes están viviendo su propio viernes negro, pero en serio. Repartidores que no ven la luz del día, empleados de tiendas haciendo horas extra por un sueldo que no les permite ni comprar las ofertas que promocionan, y nosotros felices pensando que estamos aprovechando.

Y no nos olvidemos de nosotros mismos. ¿Recuerdas aquello de "No es más rico quien más tiene, sino quien menos necesita"? Pues parece que se nos olvidó cuando vimos el "2x1 en cafeteras". Consumimos por inercia, mientras por detrás nos están dejando más pelados que al pavo de Acción de Gracias.

En fin, queridos, sigamos disfrutando de estas tradiciones importadas, que total, el buen rollo siempre es bienvenido. Pero no olvidemos que mientras estamos decorando calabazas en octubre y buscando gangas en noviembre, alguien más está moviendo los hilos para que en diciembre tengamos que trabajar el doble para pagar todo lo que no necesitábamos. Eso sí, siempre con una sonrisa, porque después de todo, ¡vienen los Reyes Magos! Y ahí sí, que viva España, que la cabalgata sigue siendo nuestra y bien castiza.

Y no olvides nunca que las mejores cosas de la vida siguen siendo gratis: las cañas con los amigos, las siestas de tres horas y criticarlo todo en el bar. Eso sí que no tiene precio. Recupera un poco de tu tiempo libre. Aunque sea para que tus vecinos no te miren raro mientras cenas pavo en noviembre.

¡Feliz Black Friday!

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